Llega el 14 de febrero, y el capitalismo y el patriarcado vuelven a aliarse para que otro año más millones de personas gasten su dinero en regalos para sus parejas. Así, pasarán por las cajas registradoras millones de euros en envoltorios con anillos, flores, viajes y miles de cosas mas. El capital, cuyo único objetivo es conseguir beneficios económicos, se sirve de nuevo de otro sistema, el patriarcado, para extender las múltiples opresiones que sufrimos cada día las mujeres. Esta vez la justificación será el amor romántico y una fecha impuesta por los negocios para engordar sus cajas.
Las revistas de moda, la prensa, el mercado laboral...ofrecen una división de roles de género que cosifica a las mujeres como objeto indefensos necesitadas de un caballero que las rescate, débiles y tontas, meros cachos de carne, simples apéndices de sus parejas y objetos para disfrute de los hombres, que pueden acosarla por las calles o agredirlas sexualmente impunemente en muchos casos.
Las niñas han de ser dulces, sumisas, pasivas y darlo todo por amor. Los niños no han de ser sensibles, sino fuertes y valientes, sin miedos y activos. Así se construyen artificial e intencionadamente los géneros binarios, y cualquiera que no entre dentro de esos cánones es excluido/a del sistema. En San Valentín ,las mujeres recibirán flores, vestidos y productos " de belleza". Sus parejas, aun sin quererlo, reforzarán esos roles de género.
Los anuncios, las series de TV e Internet, la prensa, nos hablará durante unos (interminables) días previos de lo bonito del amor, de la fidelidad, del compromiso para siempre, de los sacrificios que han de hacerse por amor... y ésta falsa construcción del cariño y de los sentimientos encerrará el germen de la violencia contra las mujeres; no solo de la que termina en el asesinato de una de nosotras, sino de las mas estructurales y silenciosas: los chistes machistas, el acosos callejero, los tocamientos, las faltas de respeto, la desigualdad salarial y en el acceso a los trabajos, las inseguridades que nos provoca sentir miedo al volver solas a casa...
Pero frente a ésto nosotras planteamos otro lenguaje: la valentía construida en base a los espacios de sororidad entre mujeres y en la lucha, nuestra negativa a ser débiles y sumisas, nuestro NO más rotundo ante cualquier agresión de cualquier tipo a cualquiera de nosotras. Hoy volvemos a decir basta! en éste día que pretende continuar convirtiéndonos en aquello que no somos; dulces novias/mujeres/esposas... amantísimas y sacrificadas. Queremos construir nuevas relaciones interpersonales; libres, escogidas, sin renuncias, que pasen de sumar medias naranjas a multiplicarnos en riqueza y experiencias, que no esperen sacrificios sino caminos libremente compartidos, que se repartan las tareas domésticas no solo los 14 de febrero, que igualen los salarios o el acceso a las pensiones.
Queremos un nuevo tablero para jugar a un nuevo juego: no estamos mas dispuestas a seguir jugando a las cartas marcadas por el capital y el patriarcado.
Un nuevo 14 de febrero: ¡insumisas y rebeldes!
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