martes, 13 de febrero de 2018

14 de Febrero: Nuestro amor no cabe en sus normas

14 de febrero. San Valentín. “El día de los enamorados”, nos recuerda la industria cultural del patriarcado capitalista, que sublima en esta jornada la quinta esencia del romanticismo patriarcal, de la mercantilización del amor y de la normalización de la heterosexualidad: de los “debes tener/vivir en pareja”, y cuando el patriarcado dice pareja es pareja, no una relación amorosa cualquiera, ambigua, abierta o poliamorosa.


 ¡No! Nada de expandir peligrosamente el amor más allá o más acá de sus normas, es preferible conformar pequeñas islas de dos: perfectamente auto-centradas, afectivamente auto-suficientes y absolutamente despolitizadas. Exquisitas unidades amorosas de consumo, de trabajo esclavo asalariado y de reproducción del sistema capitalista.

Y es que el amor es una vivencia subjetiva que emerge, se piensa y actúa en función de las relaciones de poder existentes en una sociedad, y así, el amor romántico se ajusta y reproduce la estratificación social del patriarcado capitalista.

Sin embargo, la palabra amor evoca para nosotras las feministas una multiplicidad de sentidos que, desde luego, no cabe en sus normas.
Sabemos (y saben) que el amor tiene un amplio potencial revolucionario y es precisamente ese potencial revolucionario el que ha generado que el patriarcado haya creado medidas de control en forma de mitos y tabúes románticos. Pues si el amor no es controlado, el orden social capitalista y patriarcal puede verse trastocado. Permitir un amor libre, anarquizante, solidario, significaría un cambio radical en la estructura social: en las relaciones de producción, en las actitudes políticas, en las relaciones sociales, en los patrones de consumo. El control del enamoramiento y de la experiencia amorosa es necesario para mantener las diferencias derivadas de la estratificación social del patriarcado capitalista: hombres-mujeres, masculino-femenino, homosexualidad-heterosexualidad, cis-trans, explotadxs-exlotadorxs.

Por esta razón, desde la Asamblea Feminista de Burgos aprovechamos este (su) 14 de febrero para proponer una subverrsión feminista del amor romántico, reivindicando un sentido disruptivo del amor capaz de poner en cuestión las instituciones sociales del patriarcado capitalista. Un amor para vivir y luchar juntas. Un amor más allá de sus normas.

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